• Delicious Tomato •

Realmente estaba confundido... ¿cómo sabía que estaba soñando con alguien y por qué estaba celoso si ese alguien era él? Romano no era de esos bipolares que tienen celos hasta de su propia persona, porque si era así pues entonces que se tenga celos de él mismo porque con él estaba soñando.. Tantos pensamientos rondaron por la cabeza del español mientras que el otro le declaraba el por qué de su encierro

- ¡Pero soñar es gratis! - replicó a sus injustos plagueos. Y, si no se había movido y si tampoco hizo alguna cosa que se pueda arrepentir, léase alguna patada o algo inapropiado mientras dormía porque los dos sabían muy bien que el español era medio zombie y sonámbulo, ¿entonces qué había pasado? - ¿Entonces qué?, Lovino... por favor.. - era tan injusta la situación que a veces le sacaban las ganas de sonreír.

Se quedó parado, recostado por la puerta, con la mano en la manija viendo alguna forma de poder abrirla pero era en vano, sabía que no iba a poder si estaba la tranca armada pero realmente quería entrar a enfrentar esas quejas cara a cara - Pero si no he hecho nada, solamente dormir y tú también! - replicó con un hilo de voz - ¿Empalagoso? - y, como su inocencia lo consumía no entendía de qué rayos estaba hablando el italiano - Por qué no me pedías que encienda el aire acondicionado si tuviste calor, Romano a veces eres muy tonto...-

Abrió los ojos como platos, estaba algo atónito por esos griteríos sin sentido, por lo menos para él. - Sabes que te puedo ayudar con los gastos - eso sin duda alguna, algo tramaba romano, ya era demasiado raro que esté discutiendo sin llegar a ningún lugar, el español era algo despistado pero no tan torpe como parecía.

Entre palabras descubrió, mas o menos, lo que trataba de decirle con los quejidos anteriores ¡bingo! ya lo sabía, rodó los ojos y trató de sonreír despreocupado, sabiendo que había dicho algo entre sueños que le había molestado a Romano... ¿pero qué más podría ser? No pudo nombrar a nadie más si solamente él estaba en su sueño pero... será que nombró a alguien más? Oh no, Antonio estaría en graves problemas... en feos problemas.

De nuevo el portazo, se quedó fuera del baño, esperando una respuesta a la pregunta que le daría - ¿Puedes decirme qué he dicho? - se mordió el labio inferior con un poquito de verguenza y nervios mientras recostaba la cabeza por la puerta, escuchando abrirse la canilla de agua, sospechando la dichosa ducha que proclamó el italiano anteriormente.

En cierto modo notaba las insinuaciones, aunque en verdad quería saber qué había dicho, le comían las ganas de saberlo y la intriga se hacía cada vez más horrible. Bajó la cabeza unos segundos, tratando de recordar aunque sea, capaz podría, ya que algunas veces lo que decía lo decía semi-despierto, pero hurgó en su memoria y nada, solo tenía ese recuerdo borroso de su sueño anterior, el que estaba con romano y las flores y luego un espectro totalmente negro

Al escuchar lo que le había sugerido levantó su rostro y miró el picaporte de la puerta, se levantó por completo y estiró la mano para girarlo; lo giró suave y lentamente, casi sin ganas y de ahí empujó la puerta, también parecía que con un aire de desinterés pero en realidad no era así sino que estaba hundido en sus profundos pensamientos para averiguar cuál era la palabra que le había dicho... y si era vergonzosa o no.

Dió unos pasos casi arrastrando sus pies, fue a parar a una banquita que tenía Romano en su baño, de alguna forma logró sentarse allí sin mirarlo a la cara, seguía mirando el suelo, estaba fuera de sí: pensando todavía.

¿Que dije... que dije ....qué había dicho? susurró algo mientras tomaba la banca, escuchando correr el agua, oliendo ese aroma que tenían las burbujas que acostumbraban colocar cuando querían un baño más que limpio y divertido

Ya, basta, no podía más, por más de que trataba de nadar en sus pensamientos tenía una laguna mental muy profunda. Claro, ¿quién en su santa cuerda puede acordarse de lo que dijo sonámbulo? bien, pues él no podía y eso lo hacía enfadar, pero no se notaba, su enfado en estos tiempos era... ¿como explicarlo? medio depresivo

Alzó la mirada cuando unas gotitas de agua le cayeron al rostro, producto del pequeño salpicón que hizo romano al meterse a la bañera muy rápidamente, seguramente para que el español no lo vea... aunque era en vano, ya que, ¿qué parte del cuerpo del menor no conocía el mayor? casi siempre dormían desnudos, juntos. Se bañaban juntos, antes el menor participaba aun más en la vida y las actividades del mayor, así que, ¿por qué esa vergüenza?

- ¿Mh? - derrepente le agarraron las ganas de entrar a darse un baño, y ¿por qué no? si era con su amado, pero eso sí, aún tenía en mente aquellas palabras... - ¿Está bueno? - preguntó curioso, mientras se levantaba y recorría el baño, unos pasos nomas, hasta llegar a colocarse a su lado, mirándolo.

Su cara ya había cambiado, parecía que había vuelto en sí, dedicó una sonrisa muy tierna mientras veía como el otro se escondía tras esas espumas. Mientras que se sentó en el suelo, juntó sus rodillas, apoyó su codo encima de la tina y apoyó su mentón sobre su mano. Teniendo, por sobretodo, una buena vista de lo que romano le podría mostrar - Lo siento, me había perdido en pensamientos - se excusó, pero era cierto.